UNA FLOR EN INVIERNO
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Camino por los yertos pedregales
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Camino por los yertos pedregales
en este día gris de frío invierno;
la densa niebla empapa los ramajes
de los grandes almendros que desnudos
dejó el otoño yermo de alegrías.
El fuerte viento gélido y la escarcha
arrastraron las hojas ya marchitas
hacia los cementerios desolados
con gusanos y olor a podredumbre.
Brota de mis entrañas una pena
macilenta que irrita mi garganta
quebrada por el triste desenlace.
Entre las cenicientas nubes surge
tímidamente un rayo de esperanza,
un cristalino sol resplandeciente
que besa una flor mustia y solitaria
que se marchitará con las heladas.
Baldía y solitaria está mi vida
llorando aquel amor arrebatado
bajo la fría lápida de mármol.
¡Que silencioso amor el de la muerte!
El rayo de sol besa mis mejillas
impregnadas de lágrimas amargas
y contemplo en la flor recién nacida
mi desabrida vida reflejada.
Una dulce belleza pasajera
quebrada en una lúgubre jornada
que también morirá al amanecer
como esa flor. ¡Marchita por la helada!
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Adrian
2 comments:
Muy buen poema, amigo. Estos días ya ando con el estrés universitario y toda la paja que significa, aunque ya sabes que tb tiene mucho de bares y amigos, que tb son tus amigos. En Julio nos veremos por allá.
Un abrazo amigo, nos vemos.
Que bueno verte , mi amigo, como me acuerdo de aquellos Duna, de aquellos momentos compartidos en amistad , y poesía. Ánimo, sabes que te espero con los brazos abiertos en esta casa que tienes en La Rioja.
Un abrazo.
Adrian.
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